Ecuador celebra el día del cóndor


En Ecuador se celebra cada año el día del cóndor. La celebración tiene lugar el siete de julio y hace honor a esta ave que se ha convertido en todo un símbolo de la cordillera andina y que, por desgracia, se encuentra actualmente en peligro de extinción.

Tan escasos son que se calcula que en todo el país no quedan más de un centenar de estas aves, las cuales tratan de registrarse en su totalidad y de vigilarse mediante monitores siempre que sea posible para controlar sus avances. Incluso se está actuando de manera directa, proporcionándoles alimentos suplementarios si ven que falta la caza para que puedan subsistir y procrear.

Debido a esta celebración, se está tratando de implicar a los colegios para que realicen diferentes actividades, como concursos de dibujo o actos especiales. Se trata de dar a conocer a todos los niños de Ecuador la importancia de esta ave y concienciarlos de que hay que luchar para que no se extinga.

También se están realizando en todo el país diferentes conferencias y charlas para que todo el mundo pueda conocer la situación actual de esta ave, que solía verse por los cielos ecuatorianos con facilidad a principios de este mismo siglo, y qué pueden hacer para evitar que en pocos años pueda verse relegada a las imágenes de los libros.

Se calcula que al ritmo que van las cosas, en veinte años podría no haber más cóndores en libertad si no se comienza ya mismo a tomar medidas muy urgentes para respetar los pocos lugares en los que pueden vivir y favorecer su reproducción.

Al igual que sucede en España y en otros países, el problema del cóndor está en la destrucción de su hábitat por parte del hombre, así como en la eliminación de muchas de las especies que les servían de alimento. Al faltarles comida y espacios en los que cazar y construir sus nidos, los cóndores no pueden reproducirse y mueren.

El problema de las aves rapaces no es exclusivo de España ni de Europa. Como vemos, por desgracia es un problema generalizado. Si no se pone remedio pronto con medidas radicales en pocos años nuestros hijos o nietos no podrán disfrutar de una gran cantidad de especies que actualmente pueblan la tierra.

Y no será, como algunos afirman, un problema de evolución sino de incapacidad humana para convivir con otras especies


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