Aunque son mucho más abundantes las aves rapaces diurnas, con más de 300 especies y subespecies diferentes, en nuestro país existen también una gran variedad de aves rapaces nocturnas. Se calcula que son unas 150, incluidas en diversas familias.
Para empezar vamos a centrarnos en las aves diurnas, con un breve catálogo en el que se pretenden resumir los principales tipos de rapaces que cazan a la luz del sol en la península.
Es el halcón más pequeño de Europa, no llegando a ser más grande que un mirlo. Oriundos de la zona norte europea, aprovechan para invernar en el norte de la Península Ibérica siguiendo la migración de sus presas.
Su hábitat se compone de zonas de matorrales o campos baldíos en los que persigue a sus presas siguiendo los quiebros a ras de los brezales. A pesar de su pequeño tamaño puede llegar a abatir aves de su mismo tamaño.
El águila perdicera es una rapaz considerada de tamaño medio-grande, pues las hembras pueden llegar a alcanzar el tamaño de un macho joven de águila real. Entre ambos sexos apenas hay diferencias, siendo las hembras de tamaño mayor que el macho y con el dorso más pardo.
El plumaje suele ser marrón negruzco con manchas blancas debido al color de la base de las plumas. La cola es grisácea amarronada cruzada por una serie de bandas de color negro y marrones. La garganta y el pecho son blancos, la primera con rayas parduscas y el segundo con motas marrones y negras.
Los centros de recuperación de aves rapaces cumplen una función muy importante, pues no sólo tratan a las aves allí ingresadas de sus heridas, sino que se encargan de que se den las condiciones ideales para volver a reintroducirlas en su hábitat.
Los meses de primavera y verano son los más complicados, pues la mayoría de los ingresos que se efectúan en los centros son debidos a problemas generados por la época de cría: caídas de los nidos, accidentes durante el aprendizaje, etc.
Desde la antigüedad se ha utilizado a las rapaces como cobradoras de piezas para el hombre. Con el paso del tiempo, el arte de la cetrería se ha ido profesionalizando, desde el cazador solitario que criaba a una rapaz, pasando por el encargado de la halconería de algún potentado hasta las empresas que en la actualidad se dedican a la cetrería.
Todos sabemos que la eliminación de nuestro hábitat de un depredador conlleva la proliferación sin control de sus presas naturales. Por eso, la desaparición de las grandes poblaciones de aves rapaces de nuestro entorno ha dado lugar a plagas de roedores y aves.
Se diferencia del milano negro por el color gris de la cabeza, el plumaje rojizo con marcas blancas subalares y por la cola en forma de horquilla. Debido a este color tan marcado es una de las aves preferidas a la hora de adentrarse en el mundo de la observación de rapaces.
Presente desde antaño en la Península Ibérica, el milano real ha sufrido un progresivo declive en los últimos 30 años, llegando a estar considerado en peligro en la zona de Baleares y habiéndose extinguido en las Canarias.