Aves rapaces y equilibrio ecológico
No hacen falta demasiadas razones para preocuparse cuando una especie se muestra en riesgo de desaparecer o desaparece. Pero es importante darse cuenta de que en la naturaleza todo está en un equilibrio frágil y que si alguna de las piezas que componen dicho equilibrio falla, todo falla en su estructura.
En el caso de las aves rapaces hay que destacar que se encuentran en lo alto de la cadena alimenticia. La mayoría de ellas se alimentan de animales pequeños, como roedores. Si por cualquier causa el número de aves rapaces desciende, es fácil imaginar que aumentará el número de estos roedores.
Al desaparecer o reducirse uno de sus depredadores principales, ratones, topillos o conejos pueden aumentar desmesuradamente. Al no controlarse su población y dado que se reproducen con rapidez, pueden convertirse fácilmente en plagas en algunas zonas.
Esto no solo es un problema para el medioambiente, ya que va a sufrir un fuerte desequilibrio, también puede serlo para los pueblos cercanos que se dediquen a la agricultura.
Si aumenta el número de roedores de una zona de manera descontrolada, pronto no tendrán suficiente comida y tendrán que buscarla allá donde hay más abundancia: en los terrenos cultivados. No es difícil ver que esto se convertirá más pronto que tarde en un serio problema para las personas que trabajan las tierras.
Aves rapaces, medidores ecológicos
Otro de los puntos importantes de las aves rapaces en ecología es que pueden ser utilizadas como medidores ecológicos. Por desgracia, las aves rapaces son muy sensibles a los cambios que hay en el ambiente y se ven rápidamente afectadas por muchos agentes contaminantes.
Si se utilizan pesticidas no permitidos o en demasiada abundancia, estos los comerán los roedores y las aves comerán a los roedores que los han consumido sufriendo a su vez los efectos tóxicos de estos productos.
Eliminadores de residuos
Algunas aves rapaces, como los buitres, no cazan sino que se alimentan de carroña. Esto es sumamente importante ya que ayudan a que desaparezcan los cuerpos de los animales muertos.
Actualmente, en algunos lugares se ha permitido que los ganaderos dejen parte de sus reses muertas en los campos para que se alimenten estas aves, ya que al incinerar a los animales muertos se quedaban sin alimento causando un serio problema ya que en algunos casos llegaron a atacar a pequeños animales debido a la falta de alimento.