El cambio climático también afecta a la aves rapaces
Aunque algunos se empeñen en negarlo el cambio climático es más que evidente. Se puede percibir incluso en el modo en que transcurren las estaciones en España y viendo las tablas de temperaturas o lluvias nos damos cuenta de que todo ha cambiado y que cada vez parece cambiar más rápido.
Los animales y las plantas afectan estos cambios y ahora podemos ver como muchas plantas florecen fuera de tiempo debido a olas de calor en verano. Quiénes conviven con animales cuyos celos están programados para que tengan sus crías en primavera, con el tiempo más cálido, se dan cuenta de que ahora entran en celo en otros momentos del año y que es fácil encontrar camadas que no deberían de producirse.
Las personas que estudian a las aves rapaces que tienen hábitos migratorios se han dado cuenta de que, al igual que ocurre con otras aves, las rapaces han empezado a modificar sus costumbres y no solo en España, sino en todo el mundo. Las rutas de migración están acortándose ya que las zonas más cálidas se están desplazando un poco más al norte.
Muchos pájaros que se desplazaban bastante hacia el sur durante el invierno buscando zonas más cálidas donde pasar esos meses, ahora ya no necesitan viajar tan lejos para conseguir climas cálidos. Esto se ha visto en España, donde algunas aves han dejado de cruzar el estrecho. Pero también se ha visto en EEUU donde aves rapaces migratorias que cada año se desplazaban a México y a Centro América ahora se quedan en el sur de los EEUU.
Todo esto conlleva un peligro. Por ejemplo, en varias zonas de España los inviernos son más suaves y las aves pueden sentir que no hay necesidad de marcharse. No se le encienden las alarmas que hacen que vuelen hacia tierras más cálidas. Pero quizás, a mitad del invierno, una ola de frío repentina pueda acabar causándoles problemas a unos pájaros que no están acostumbrados al frío.
Por ahora, las aves que no migran son minoría y la mayoría siguen el instinto de marcharse aunque las temperaturas no sean las esperadas. Pero, ¿podría ser eso el principio de cambios mucho más importantes en las costumbres de estos pájaros? Los que las estudian se temen que así sea y que esto pueda tener consecuencias todavía sin medir en la supervivencia de las aves rapaces migratorias.