Lo ancestros de las rapaces: Águilas devoradoras de hombres


Si has visto películas como "Cuando los dinosaurios dominaban la tierra" seguramente habrás sentido más de un escalofrío al pensar qué podría haber sentido un hombre primitivo ante la visión de esos animales gigantescos.

Si bien se cree que los hombres y los dinosaurios nunca han convivido (no sería prudente afirmar nada pues estos estudios pueden cambiar de la noche a la mañana), sabemos seguro que sí ha existido una convivencia entre los ancestros de las aves rapaces, quizás los últimos animales de los tiempos de los dinosaurios, y los antiguos humanos.

A principios de este nuevo milenio se han encontrado restos óseos de nuestros antepasados con claros signos de haber sido atacados por enormes águilas en la actual Australia. En África también se han encontrado cráneos de monos y otros homínidos antecesores del hombre en lo que fueron nidos de enormes aves prehistóricas.

Se cree que probablemente estas águilas no tuvieran fuerza para levantar a un ejemplar de hombre adulto, pero si niños, como el caso del cráneo de Taung, encontrado en Sudáfrica. Este cráneo, que perteneció a un niño antepasado de los actuales hombres, tiene las marcas claras de haber sido atacado por un águila y, probablemente, alzado al vuelo hasta su nido.

En ocasiones la realidad supera a la imaginación de los más fantástico cineastas y acabamos descubriendo que lo que se imaginó como una terrorífica fantasía para el cine pudo no ser tan diferente de lo que en realidad se llegó a vivir, por supuesto con matices.

Los estudios más recientes indican que el ataque de estos grandes pájaros pudo ser bastante frecuente y que incluso pudo ser una de las diferentes causas que determinaron que el hombre comenzara a caminar erguido, ya que de este modo era una presa mucho menos visible desde el cielo.

Caminando encorvado, el hombre dejaba expuesta toda su espalda y su cabeza, mientras que en posición bípeda, tan solo su cráneo era objetivo de la gran vista de estas aves rapaces, dificultando el ser cazados.

Actualmente, las águilas continúan cazando monos de pequeño tamaño y ha sido mediante el estudio de las marcas aparecidas en estos cráneos modernos, que se ha llegado a las conclusiones expuestas en los estudios de Australia y del niño de Taung.

Una suerte que gracias a los cambios en el planeta, estas aves sean ahora mucho más pequeñas que sus antecesores.

Imagen cortesía de Luz Adriana Villa https://www.flickr.com/photos/luchilu/2809798528


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